Cuando hablamos de liderazgo, lo primero que se nos viene a la mente es, ¿Cómo podemos definirlo?; y conseguimos entre todas las explicaciones posibles que, el liderazgo es un conjunto de habilidades gerenciales, que un individuo puede tener, para influir en la forma de ser o actuar de las personas o de un grupo de trabajo determinado.
Sabemos que entre esas habilidades se encuentra la motivación, un líder puede conseguir que su equipo de trabajo trabaje con entusiasmo logrando así sus objetivos y metas establecidas para un proyecto en particular; y también se ha evidenciado que un buen líder por su confianza personal, desarrolla las oportunidades de delegar roles y funciones específicas.
Se toman decisiones asertivas, se gestionan proyectos, se convocan, se promueve, y se evalúa un proyecto de manera eficaz y eficiente, delegando de manera equilibrada y equitativa responsabilidades a su equipo de trabajo, confiando en el poder que cada miembro tiene y la importancia de valor de las ideas que se puedan promover para el negocio u objetivo final.
Se pueden distinguir tres tipos de liderazgo y según Max Weber estos son:
Es importan destacar que la palabra liderazgo en sí misma puede significar un grupo colectivo de líderes, o puede significar características especiales de una figura célebre (como un héroe). También existen otros usos para esta palabra, en los que el líder no dirige, sino que se trata de una figura de respeto (como una autoridad científica, gracias a su labor, a sus descubrimientos, a sus contribuciones a la comunidad).
Lo importante de un buen líder es saber ponerse en el puesto de los demás y así ubicar una solución certera a cualquier situación que se presente, ya que de la manera que trates tú a las personas será la manera en la que tú equipo aprenda también a tratar a los demás.